Los protectores solares están disponibles en cuatro niveles diferentes de protección: bajo (factor 6 a 10), medio (15 a 25), alto (30 a 50) y muy alto (50+). Cuanto más alto sea el factor de protección, mejor estará protegida la piel, pero es importante aplicar el producto a conciencia (con cuidado de no saltarse ningún trozo) y reaplicarlo generosamente cada dos horas.

A algunas personas con piel grasa propensa al acné les preocupa que el protector solar empeore sus síntomas y evitan por completo la protección solar. Los productos especialmente formulados, como Eucerin Sun Gel-Creme Oil Control FPS 50+, están diseñados para controlar las condiciones de la piel grasa y propensa al acné. Su fórmula ultraligera tiene una tecnología Oil Control reguladora del sebo con L-Carnitina y micropartículas absorbentes.

Sí. Una protección solar eficaz es esencial para todo tipo de pieles y es especialmente importante para las pieles con tendencia al acné por varias razones:

• Para proteger contra la hiperpigmentación: Cuando el tejido de la piel está lesionado -como es el caso de las manchas y el acné- puede acumularse una cantidad excesiva de melanina (pigmento de la piel) en una zona. Este exceso de melanina permanece después de la curación de la mancha, dejando una marca de pigmentación. Estas manchas de pigmentación son especialmente sensibles al sol y la protección solar adecuada ayudará a evitar que se oscurezcan y se hagan más visibles.
  
  
• Evitar que la piel se reseque: La piel grasa sigue necesitando hidratación. La exposición excesiva al sol hace que se reseque y que las glándulas sebáceas (que producen el sebo que da a la piel la grasa que necesita) se pongan a trabajar en exceso. Este exceso de sebo es una de las etapas clave en el desarrollo de las manchas. Cuando la piel se seca, sus capas externas se endurecen y esto puede obstaculizar el proceso natural de desprendimiento de la piel. La piel muerta puede acumularse, obstruir los poros y exacerbar el acné.

También es importante tener en cuenta que algunos medicamentos para el acné y los peelings pueden hacer que la piel sea más sensible al sol y más susceptible a los daños cutáneos inducidos por el sol. Los productos especialmente formulados para la piel propensa al acné, como Eucerin Sun Gel-Creme Oil Control FPS 50+, te darán la protección que necesitas. Nuestro producto también es ""no comedogénico"", lo que significa que no contiene ingredientes que puedan obstruir los poros y desencadenar imperfecciones.

Su fórmula ultraligera cuenta con una tecnología Oil Control seborreguladora con L-Carnitina y micropartículas absorbentes. Deja una apariencia seca al tacto de inmediato y un efecto antibrillo de larga duración de hasta 12 horas.

La piel del rostro es más sensible a la radiación UVA/UVB y a la luz HEVIS que la piel del resto del cuerpo, ya que está expuesta al sol durante todo el año. La protección solar puede ayudarte a evitar los daños en el ADN celular causados por los rayos UV, el fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro causado por el sol) y la hiperpigmentación. Es importante proteger la piel del rostro siempre que se exponga al sol.

Los rayos UVA penetran en las capas más profundas de la piel. Estimulan la producción de radicales libres que causan estrés oxidativo y pueden provocar daños indirectos en el ADN. Los rayos UVA son los más asociados al fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro de la piel causado por el sol). También pueden desencadenar alergias al sol, como la Erupción Luminosa Polimorfa (PLE). Los rayos UVB también pueden provocar alergias, pero en menor grado.

Los rayos UVB proporcionan la energía que la piel necesita para producir vitamina D y estimulan la producción de melanina, responsable del bronceado. No viajan tan profundamente como los rayos UVA, ya que sólo penetran en las capas más externas de la piel, pero causan daños más inmediatos como las quemaduras solares. Los rayos UVB son absorbidos directamente por el ADN celular, lo que puede provocar enfermedades cutáneas como la queratosis actínica y el cáncer de piel.

Ambos tipos de rayos UV pueden inducir la hiperpigmentación y pueden contribuir a afecciones como las manchas solares (también conocidas como manchas de edad) y el melasma.