Los principales componentes estructurales de la dermis son el colágeno y la elastina, tejidos conectivos que confieren fuerza y flexibilidad y son los componentes vitales de la piel sana, de aspecto juvenil. Estas fibras están impregnadas de una sustancia de tipo gel (que contiene Ácido Hialurónico), que posee una gran capacidad para fijar agua y contribuir a mantener el volumen de la piel.
El estilo de vida y factores externos como el sol y los cambios térmicos ejercen un impacto sobre el colágeno y la elastina y sobre la estructura de la sustancia circundante. A medida que envejecemos, nuestra producción natural de colágeno y elastina declina y disminuye la capacidad de la piel para fijar agua. La piel adquiere un aspecto menos tonificado y aparecen arrugas. Leé más en factores que influyen sobre la piel, cómo afecta el sol a la piel y envejecimiento de la piel.
La dermis desempeña un papel clave en proteger el cuerpo frente a influencias irritantes externas, así como en nutrir las capas más externas de la piel desde dentro:
- Su textura gruesa y firme ayuda a amortiguar los golpes externos y, cuando se produce el daño, contiene tejidos conectivos como fibroblastos y mastocitos que curan las heridas.
- Es rica en vasos sanguíneos que nutren la epidermis mientras eliminan los desechos.
- Las glándulas sebáceas (que liberan sebo o aceite en la superficie de la piel) y las glándulas sudoríparas (que liberan agua y Ácido Láctico en la superficie de la piel) se localizan en la dermis. Estos líquidos se combinan entre sí para formar la película hidrolipídica.
La dermis también contiene:
- Vasos linfáticos.
- Receptores sensitivos.
- Raíces pilosas: el extremo bulboso del tallo capilar, donde se desarrolla el cabello.