La sensibilidad al sol varía de una persona a otra. Por ejemplo, si tu piel es sensible o propensa al acné, siempre debes usar un FPS alto o muy alto. El FPS, o Factor de Protección Solar, indica la cantidad de tiempo adicional que tardará en quemarse tu piel comparada con la exposición al sol sin protección. Por lo tanto, una persona cuya piel se quema en 30 minutos sin protector solar, puede proteger su piel durante 300 minutos si usa protector solar. Sin embargo, este FPS depende de que el protector solar se use en cantidades suficientes. Se recomienda permanecer al sol solo el 60% del tiempo admitido según el FPS, y recordar que el daño de la piel puede producirse incluso antes de que se observe la quemadura solar. Si no sabés con seguridad cuál es la tolerancia al sol de tu piel, consultá a un dermatólogo.

La piel propensa al acné tiene sus propias necesidades especiales. Por ejemplo, los tratamientos para el acné dejan la piel sensible al sol y, por eso, más susceptible al daño inducido por el sol. La piel propensa al acné generalmente presenta un aumento de la producción de sebo, que puede controlarse mediante el uso de fórmulas específicas para el cuidado contra el sol. Por último, las manchas hiperpigmentadas son una gran preocupación ya que las marcas del acné son más susceptibles al riesgo de aumento de la pigmentación inducida por el sol. Las cremas especiales para la exposición al sol consideran todos estos factores.

La piel del rostro está más expuesta al sol que la del resto del cuerpo durante todo el año, lo que la hace más vulnerable a la nociva radiación UVA/UVB. Para evitar el daño del ADN a nivel celular, el fotoenvejecimiento y la hiperpigmentación, es importante proteger la piel del rostro cada vez que se expone al sol.

Eucerin Sun Gel-Crema Oil Control Toque Seco FPS 50+ es ideal como base de maquillaje. Puede aplicarse polvos y maquillaje con seguridad, sin afectar al protector solar. Sin embargo, no olvidés que debés volver a aplicarse protector solar con frecuencia durante el día.

Los rayos ultravioleta A (UVA) de onda larga que emite el sol penetran en lo profundo de la piel. Son la principal causa del estrés oxidativo. También son los responsables de los daños que causa el sol a más largo plazo, como el envejecimiento de la piel y el cáncer de piel, además de la erupción solar polimorfa (ESP) o alergia solar. Los rayos UVB de onda corta, por la otra parte, causan daños en la piel que pueden verse de inmediato y que generalmente se conocen como “quemaduras solares”. Estos rayos penetran a menos profundidad que los rayos UVA y son los principales responsables del daño celular en el nivel del ADN.